Ese circo duró hasta el 2004, cuando el presidente de entonces, Álvaro Uribe Vélez, decidió poner la empresa en liquidación. Una nueva bonanza en los precios del oro (hoy la onza de oro se cotiza alrededor de los 1400 dólares) había atraído la mirada de los inversionistas extranjeros y, desde luego, de sus socios en el gobierno colombiano.